Por una reconstrucción responsable
Después del batacazo electoral en Andalucía, parece que mucha gente tiene muy claro cuáles son los remedios que necesita Ciudadanos. En estos tiempos convulsos, se pontifica mucho, pero se duda poco. Permítanme dudar con ustedes en tres columnas de aquí al lunes, cuando tendrá lugar un importante cónclave para el partido.
Me gustaría tener todas las respuestas a la crisis que atraviesa el partido, pero no es así. Por eso, en estos días me he dedicado a leer y a escuchar a muchos cargos, afiliados y simpatizantes. Mi primera conclusión es clara: tenemos que apostar por un proceso de reconstrucción responsable.
Digo “responsable”, porque leo y escucho a muchas personas defender una cosa y la contraria, muchas veces al calor de un minuto de fama en las redes sociales. Voy a poner algunos ejemplos.
Sobre la moción de Murcia, algunos pasan del “era necesaria porque el PP estaba enfangado en demasiada corrupción y rompió el pacto de gobierno” a “es el motivo de todos nuestros males y nunca debió ocurrir”.
En cuanto a las listas conjuntas con el PP, otros pasan del “nunca, aunque nos quedemos fuera” al “qué desastre, que nos hemos quedado fuera”.
Respecto a Juan Marín, se pasa alegremente de poner mil pegas a su candidatura y su forma de dirigir el partido en Andalucía a reconocer que es un buen tipo y ha sido un buen político.
Con Inés Arrimadas, lo mismo, se pasa de valorarla como el principal activo del partido y presumir de fotos con ella a pedir su dimisión.
Pasamos del blanco al negro con una velocidad pasmosa y creo que la reconstrucción responsable debe tener tonos grises en muchos aspectos. Yo creo que ni es el blanco ni es el negro, pero me gustaría construir con otros ese gris que nos quede a la medida. Dudemos juntos cargos, afiliados, militantes, simpatizantes actuales y pasados, sociedad civil, votantes actuales y pasados. Dudemos juntos sobre la marca, el programa, los equipos, el liderazgo… Dudemos (y evitemos pontificar) sobre todo. Ese creo que es el único camino.