Barcelona se planta. Más de cien vecinos desafían al poder político y exigen seguridad frente a un acto cerrado del PSC. El clamor: basta de vivir con miedo. El mensaje: esto no es política, es supervivencia.
La escena se repite cada noche en Nou Barris: sirenas, carreras, miradas furtivas, familias que se encierran antes del anochecer, mayores que no se atreven a bajar al parque, niños que juegan menos en la calle. La inseguridad se ha convertido en una rutina. Y la rutina, en desesperación. Pero este miércoles por la tarde, algo cambió.
Un simple grupo de WhatsApp vecinal sirvió de chispa. Lo que empezó como un cruce de mensajes sobre la situación del barrio se convirtió, en cuestión de horas, en una concentración de más de un centenar de personas. El lugar elegido no fue casual: un bar cercano a la oficina de Barcelona Activa, en la zona de Porta, donde el PSC celebraba un acto cerrado con diputados del Parlament, concejales y cuadros del partido.
“El PSC habla de convivencia; nosotros vivimos entre okupas y navajas”
La imagen fue potente: dentro, la Barcelona oficial brindaba con sonrisas. Fuera, la Barcelona real gritaba entre pancartas. Las consignas eran claras: “Nou Barris exige seguridad”, “Basta de abandono”, “No es ideología, es supervivencia”.
Los organizadores lograron una reunión de urgencia con el regidor del distrito, apenas una hora antes del acto. No hay refuerzos, no hay cambios, solo discursos. No vivimos de discursos, vivimos con miedo”, denunció una vecina con la voz entrecortada.
Vecinos hartos: “No somos de derechas ni de izquierdas. Somos padres, hijos, trabajadores”
Los vecinos insisten: esto no es una cuestión de siglas. “Aquí hay gente que ha votado al PSC toda la vida. Otros no votamos. Algunos somos de derechas, otros no. Pero todos queremos lo mismo: que nuestras familias puedan vivir sin miedo”, explica un vecino del barrio desde hace más de 30 años.
¿Cuánto vale una vida? ¿Cuánto cuesta un barrio seguro?
La protesta transcurrió en calma, pero con firmeza. No se registraron incidentes, aunque la tensión era evidente. “No vamos a caer en provocaciones. Nosotros no venimos a agredir. Venimos a exigir. Porque esto no va de política, va de justicia. Va de seguridad. Va de vidas humanas”, afirmaban los organizadores con altavoces en mano.
Un aviso al poder: “Si no nos dan soluciones, volveremos. Y seremos miles”
En medio del desconcierto institucional, emerge una certeza: la ciudadanía está despertando. Nou Barris no es un caso aislado, sino un símbolo. Un aviso. Porque cuando la clase política vive en una burbuja, la sociedad acaba pinchándola.
Y el mensaje de este miércoles fue claro: esto no va de ideologías. Va de nuestras vidas.